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GUADALAJARA.- Este domingo 12 de diciembre marca un día histórico para el futbol mexicano, el Atlas de Guadalajara gana en penales a los Panzas Verdes de León y es campeón del futbol azteca luego de 70 años. 

Los Rojinegros tomaron la ventaja luego de un tiro de esquina rechazado por la defensa de León que fue rematada por Ángel Márquez pero en el último instante Algo Rocha desvió con la frente para marcar el único gol del juego a los 55 minutos. 

El reloj se consumió y los tiempos extra tampoco tuvieron ninguna anotación por lo que llegaron los agónicos penales, donde los Zorros fallaron primero, pero La Fiera erraron dos veces y en el quinto turno el artillero argentino, Julio Furch, aprovecho para engañar al arquero Rodolfo Cota para poner a bailar las piolas en una danza histórica que hace que La Academia vuelva a lo más alto del balompié azteca. 

Atlas mereció ganar 

Drama, no había otra manera en que terminara este Apertura 2021, tan golpeado por la falta de emotividad y espectáculo en su fase regular, pero que ha encontrado en el duelo final todo lo que la afición al futbol espera. 

El Atlas, después de 70 años se coronó y no podía hacer de otra manera que a lo “atlas”, con su acostumbrado afán de sufrir, llevando la definición hasta lo últimos, hasta los penaltis, después de ganar la vuelta en tiempo regular por 1-0 con gol, polémico de Aldo Rocha, pues se hablaba de un fuera de lugar. 

 ¿Ayuda arbitral? Ese estigma perseguirá a los Zorros en su historia, pero la realidad es que mereció ganar y coronarse en los 90 minutos. Hubo que lastimaron la ilusión, como cuando Edgar Zaldívar no logró conectar bien de cabeza para marcar el segundo, el del campeonato, con la portería vacía. 

A esa jugada, se le suma la de Julián Quiñones en el primer tiempo, cuando el colombiano puso el balón en el poste. Par de jugadas que hacían del Atlas más víctima que otra cosa. Llegó la serie final. Se anotaron los primeros, se fallaron los segundos. 

La tercera serie y la cuarta fueron cobradas de forma perfecta, hasta que llegaron los definitivos, sin margen de error. Luis Montes, el símbolo de León pateó y Camilo Vargas, el que se había equivocado en la ida, detuvo de forma sensacional. 

Llegó Julio Furch, el argentino al que la directiva le tuvo paciencia, ya que a su llegada se lesionó y estuvo un torneo sin jugar, pero regresó, se paró con gallardía y de un disparo fuerte, raso y colocado, terminó con 70 años de maldición. A lo Atlas. 

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