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MAZATLÁN. – Para muchas personas, la alimentación es una actividad cotidiana que no puede faltar tres veces al día. Sin embargo, para otros, incluso comer una sola vez puede resultar imposible. Este año, el estrés hídrico en el mundo ha tenido un impacto significativo en la producción de alimentos. ¿Cómo está relacionado? La respuesta es que el estrés hídrico, causado por la falta de agua y altos niveles de sequía, provoca una disminución en la producción de alimentos. 

Empecemos por explicar qué es el estrés hídrico. Este fenómeno se produce cuando la demanda de agua supera la oferta disponible o cuando la mala calidad del agua restringe su uso. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, la exposición de los estados mexicanos a un alto estrés hídrico podría influir en el crecimiento económico a largo plazo del país si no se toman medidas. 

Por lo menos, este año, las lluvias no fueron como se esperaba, y las quejas en el sector primario han sido numerosas debido a la escasez de este recurso natural, lo que ha aumentado los niveles de sequía en la región. Hasta el 30 de septiembre, Sinaloa experimentaba sequía extrema, sequía severa, moderada y anormalmente seca, con presas que no alcanzaban ni el 50 por ciento de su capacidad. 

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, México ocupa el puesto 24 a nivel mundial en términos de estrés hídrico, de una lista de 164 países elaborada por el World Resources Institute. Según el INEGI, el 76 por ciento del agua en el país se utiliza en la agricultura, el 14 por ciento en el abastecimiento público, el 5 por ciento en las termoeléctricas y el 5 por ciento en la industria. 

Todos sabemos que Sinaloa es conocido como «el granero de México» debido a su alta producción de hortalizas, frutas y otros alimentos. De hecho, el Centro para la Inversión y el Comercio en Sinaloa, informó que, con solo el 3 por ciento del territorio y el 2.5 por ciento de la población de México, Sinaloa produce el 30 por ciento del total de la producción alimentaria del país… Sin embargo, las condiciones no han sido óptimas este año, y el acceso a los alimentos se ha visto cada vez más limitado. 

La sequía puede tener efectos devastadores en la agricultura, especialmente en regiones donde el agua escasea. Los cultivos enfrentan la falta de humedad, lo que resulta en un crecimiento limitado, menores rendimientos y una calidad inferior de los productos agrícolas. 

¿Ves cómo todo es una cadena?  

Esta cadena de eventos nos lleva a reflexionar sobre la importancia de la alimentación. La Constitución establece que todo ser humano tiene derecho a una alimentación suficiente en calidad y cantidad. El Estado, la sociedad y las familias son responsables de garantizar una alimentación que promueva la salud física y mental de todos los miembros de la sociedad mexicana. 

Sin embargo, ¿qué sucede cuando la comida escasea? En México, 1 de cada 8 niños menores de 5 años presenta retraso en el crecimiento, lo que indica un riesgo de desnutrición, según cifras del Instituto Nacional de Salud Pública y UNICEF México.  

La falta de una dieta suficiente, variada y nutritiva está asociada con más de la mitad de las muertes de niños en todo el mundo. Cuando padecen desnutrición, son más propensos a morir por enfermedades y presentar retraso en el crecimiento durante el resto de su vida.  

Los niños, niñas y adolescentes en los estados del sur de México tienen el doble de probabilidades de presentar bajo peso o talla para su edad debido a la desnutrición crónica en comparación con aquellos en el norte. Esta disparidad también se observa entre las zonas rurales y urbanas, y los hogares de bajos recursos, incluyendo los hogares indígenas, son los más propensos a la desnutrición infantil. 

En el sur de Sinaloa, el Banco de Alimentos tiene registrado a 9 mil beneficiarios, pero según Coneval, aproximadamente 170 mil personas en la misma zona sufren de carencia alimentaria, lo que afecta su salud. 

Dora Zataráin, nutrióloga en el Banco de Alimentos del sur de Sinaloa, explicó que los beneficiarios son pocos en comparación con la cantidad que necesita atención, de acuerdo a las cifras de Coneval. La capacidad del banco y la disponibilidad de alimentos donados no son suficientes para atender la demanda. 

“Tenemos que asegurar un paquete alimentario suficiente y adecuado, en cuanto a que sea entre 9 y 12 kilos con todo y alimento y que tenga de todos los nutrientes… no hay una gran diferencia entre zona rural y zona urbana, estadísticamente hablando, Coneval señala que la zona urbana tiene una buena cantidad de familias que necesitan el apoyo”, comentó.  

Dora Zataráin
Nutrióloga en el Banco de Alimentos del sur de Sinaloa

El banco selecciona a los beneficiarios según dos criterios: inseguridad alimentaria o carencia social. La inseguridad alimentaria se refiere a la incapacidad de una persona o familia para acceder a alimentos de manera suficiente. La carencia social abarca la falta de necesidades básicas, como vivienda, alimentación y economía. 

¿Y los desperdicios? 

Además, se debe tener en cuenta el desperdicio de alimentos. A nivel mundial, se desperdician casi mil millones de toneladas de alimentos cada año, lo que equivale al 17 por ciento de todos los alimentos disponibles para los consumidores en el mundo. Esto resulta en la pérdida de recursos valiosos, como el agua. 

Para 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU incluyen el objetivo de «Hambre Cero», que busca poner fin al hambre y garantizar el acceso a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año para todas las personas, especialmente los pobres y los vulnerables, incluyendo los lactantes. 

¿Has pensado en el valor de lo que comes?  

El Día Mundial de la Alimentación, que se celebra el 16 de octubre, tiene como objetivo crear conciencia sobre lo que consumimos y su origen. La conmemoración busca aumentar la conciencia de la población sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. ¿Crees que se logre esto? 

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